¿Qué es la Pedagogía Sistémica?
(Algunas definiciones de diferentes autores)
La Pedagogía Sistémica, es una perspectiva muy novedosa, que aporta soluciones para resolver problemas de relación, de aprendizaje y de conducta, para que la escuela sea un lugar donde florezca la vida y los niños hagan algo útil con lo que han heredado de sus padres.
Hoy en la escuela, los continentes se unen en el alma de nuestros niños: juegan, se ríen, se dan la mano, se pelean, aprenden juntos y unos de otros. En las aulas conviven muchos contextos culturales, sociales y familiares. Cada alumno lleva a su propia familia y cultura en su mochila, y ello le da su sello de identidad. Los maestros, se ven abocados a mirar tal riqueza y complejidad y manejarse con ella, para poder realizar su tarea.
La Escuela y los docentes, son en gran medida, los grandes artífices de los puentes y
de las redes de interacciones que se están creando para las nuevas generaciones.
Este enfoque pedagógico-sistémico, aporta recursos para ordenar y gestionar una información tan diversa. Ello posibilita a los docentes, mirar la realidad educativa como un todo está vinculado a los sistemas familiares, sociales, culturales y históricos a los que pertenecemos, profesores, familias y alumnos, con la actitud necesaria, para incluir todo aquello que repercute y está en la base de los procesos de enseñanza –aprendizaje.
Es una Educación Dimensional, que transita por el espacio y el tiempo y une la mente y el corazón.
- Mercé Traveset
En el curso natural de la historia surgen cambios para avanzar en la comprensión de los fenómenos y también para dar respuesta a las necesidades que se van planteando en los sistemas sociales y organizativos. Se trata de movimientos complejos que debemos contextualizar, teniendo en cuenta que cuando algo nuevo aparece, lo hace gracias al legado de lo que hubo antes. Así pues, es necesario recordar a los grandes pedagogos de la historia de la educación y reconocer el papel de las distintas corrientes de pensamiento que han permitido llegar al punto en el que ahora nos encontramos (Parellada, 2006).
La pedagogía sistémica es una nueva forma de mirar que implica cambios profundos
en nuestra forma de pensar la educación y en nuestras actitudes hacia todos aquellos
que intervienen en el acto educativo: familias, alumnos, docentes, etc. Este enfoque
pedagógico trata de crear las condiciones idóneas para que la escuela sea un espacio
orientado hacia el aprendizaje de la vida y para que las nuevas generaciones puedan
hacer algo útil con el legado que les ha sido trasmitido por sus padres. Para
adentrarnos en su comprensión, necesitamos hacer una breve incursión en diferentes
ámbitos:
La teoría de sistemas y la perspectiva sistémica (de la que se nutren todos los campos de conocimiento actuales, concretamente el de lo social).
Las aportaciones de Bert Hellinger (fuente principal de la que emana este enfoque pedagógico).
Los inicios de la pedagogía sistémica.
La aplicación de los órdenes del amor al contexto educativo.
La pedagogía sistémica es el arte de contextualizar y de enseñar desde esta mirada amplia que nos permite ver la organización, la interacción de los elementos de la escuela y la estructura espacial que conforma, el lugar y funciones de cada uno de sus elementos, así como las pautas que conectan a la familia con los diferentes elementos de la escuela. Es la aplicación de estos órdenes a todas las facetas del hecho educativo: la organización de los centros educativos y de los equipos docentes, la relación familia-escuela, el trabajo en el aula, la tutoría, la relación entre profesorado y alumnado y entre el propio profesorado, los contenidos curriculares, las relaciones entre los alumnos, las intervenciones específicas, la atención a la diversidad, etc.
Si ampliamos la mirada de forma sistémica, nos ponemos en contacto con toda una serie de fuerzas que ya están en los alumnos, la fuerza de su familia, la fuerza del grupo, los conocimientos previos, las capacidades de autoorganización de un grupo, de una familia, de un alumno. En definitiva, una serie de fuerzas que se pueden poner al servicio del aprendizaje.
La metodología que utiliza este tipo de pedagogía es fenomenológica, tratando de identificar lo que es obvio, trabajando con lo que se tiene en cada momento, sabiendo que yo soy parte de un sistema, que mis alumnos son parte de otro sistema, que tienen sus lealtades, y todo ello con una mirada transgeneracional, intergeneracional e intrageneracional. Yo soy de una determinada generación, tengo una forma determinada de enseñar, la escuela es un sistema con sus propias reglas, creencias y maneras de hacer conscientes e inconscientes, y la familia es otro sistema con su historia y sus peculiaridades.
La finalidad esencial es encontrar el orden natural e identificar los desórdenes, y ocupar el lugar que nos corresponde, ya sea como padres, madres, profesores o alumnos, y eso significa aceptar nuestros límites y no hacernos cargo de aquello que no nos corresponde. Así, por ejemplo, si una familia tiene una historia muy difícil, podemos mirarlos con pena, o con rabia si no acuden a la escuela, o podemos juzgar que son unos malos padres que no se ocupan de sus hijos. Podemos intentar darles lecciones, o adoptar al hijo simbólicamente, es decir, hacernos cargo del destino del hijo. Pero eso probablemente les hará sentir mal, les hará sentirse «pequeños», ya que les estamos quitando su lugar de adultos, de padres. Además, el alumno se sentirá muy incómodo con nosotros, porque aquella es su familia, es la única que tiene y cualquier persona necesita reconciliarse con sus raíces y sentir que son buenas, y que nosotros, los profesores, los miramos con respeto.
Este enfoque sistémico pedagógico supone un cambio radical en nuestras actitudes y nuestra forma de comunicación lógica y analógica. Su efecto es que transforma nuestra mirada de una forma muy profunda. En la comunicación humana un tanto por ciento muy elevado son los componentes analógicos que es donde circula la información inconsciente, lo que sentimos lo que creemos, lo que pensamos. Esto puede dar lugar a mensajes muy contradictorios, nuestras palabras dan un mensaje pero nuestras actitudes, miradas, gestos están dando otro. Estas paradojas crean muchas discordias en la comunicación humana y por tanto en la interacción entre las personas, llegando a bloquear o a frenar el aprendizaje, en el caso de una escuela o a crear mala dinámica entre la escuela y la familia. Por tanto, la pedagogía sistémica pondrá la mirada en las pautas que conectan y en cuales son las reglas o patrones que pueden favorecer y cuales las que obstaculiza el poder realizar nuestra tarea educativa.
El orden o el desorden en una institución a menudo operan a nivel inconsciente y afecta a las actitudes que tenemos respecto a todos los otros elementos del sistema, institución, maestros, padres, alumnos, psicólogos, el currículum, los otros, etc. y se manifiesta en que hay buen clima o hay muchos bloqueos.
La pedagogía sistémica se mueve en este nivel de contextualizar todos los elementos del hecho educativo y percibir los órdenes y desórdenes que se producen en un momento dado. El enfoque sistémico pone la mirada en la conectividad relacional. El epicentro del éxito es la acción recíproca tanto si es entre los órganos componentes de una familia, de una escuela o de cualquier grupo humano, por tanto es una educación centrada en la relación y los vínculos. Supone ampliar la mirada a todas aquellas dimensiones que están incidiendo en nuestra vida